Pese a que uno de los pilares de la democracia es la publicidad de los actos de gobierno, el pueblo argentino desconoce puntos centrales de la enorme deuda contraída por el ex presidente Mauricio Macri, tanto en lo referente a la política de pagos acordada como en lo atinente al destino del dinero recibido.
Ahora, que nos toca pagar esa enorme suma de dinero, el hermetismo sigue latente. El presidente adelantó que cosas no sucederán: una reforma previsional, una reforma laboral… pero nada se nos dice acerca de cómo se saldará esa deuda que afecta al destino de nuestra Nación.
Ello genera un descontento social que se percibió más tangiblemente en las afueras del Congreso.
Necesitamos con urgencia explicaciones, nos las deben por haber contraído deudas imposibles de pagar y por ahora pretender saldar esos saldos sin hacer partícipe al pueblo, independientemente de los personajes públicos y los partidos políticos que lleven a cabo dichas tratativas.
Al fin de cuentas, no es de su propio bolsillo de donde sale el dinero para cumplir con esos leoninos compromisos, sino hipotecando nuestro futuro y el de nuestros hijos.